La plaza más antigua de la ciudad es actualmente tres plazas y el terreno donde se asienta la Catedral Metropolitana de Morelia: Debía de abarcar desde las esquinas de Madero Oriente con Morelos Sur (el punto a partir del cual se trazó la ciudad), de allí al cruce de Morelos Sur con Allende/Valladolid, de este punto al cruce de Allende con Abasolo, y finalmente de esta esquina hasta la de Abasolo con Madero Poniente, la traza obedecía a las reales ordenanzas del rey Carlos V de 1526.
Nótese cómo en la reconstrucción de la traza primitiva de la ciudad en 1541, cuando se hizo el diseño de la ciudad, dos ejes cruzan el valle (con línea discontinua) y en medio de la traza, aparece un rectángulo cruzado con una X. Esta era la plaza mayor o central originalmente, y de haber permanecido como un área sin dividir, tendría cerca de 250 x 105 metros de lado, es decir, más de 700 metros de perímetro y 26,250m2 de área.
Como se puede ver en el plano de 1579, el área de la plaza aparece punteada, porque más que delimitada por infraestructura, era un área rodeada por calles de la ciudad.
El tianguis o mercado local se llevaba a cabo en la plaza desde 1543, por disposición del Virrey. En 1577 la plaza se dividió en dos, por la construcción de la primitiva Catedral, y desde entonces prevalece dicha división. Cuando la nueva y actual Catedral se comenzó a construir en 1660, ambas plazas eran usadas para el acopio y resguardo del material de la obra, así como el lugar donde se llevaban a cabo las tallas de las canteras. La plaza al oriente, recibió el nombre de Plaza de las Obras de Catedral, mientras que la del poniente fue llamada Plaza de Armas, por estar frente a ella el edificio de las Casas Consistoriales, es decir, la sede del Cabildo Civil.
En el año de 1732 se colocó en la Plaza de los Mártires una fuente circular de tamaño más bien pequeño, adornada con almenas, todo ello de cantera. Muy probablemente sea la fuente que se puede ver en la litografía de la parte superior.
A partir de 1843 el mercado o tianguis de los jueves comenzó a llevarse a cabo en la Plaza Oriente, que entonces ya era llamada como Plaza de San Juan de Dios, debido a que calle de por medio daba a la fachada del Hospital de San Juan de Dios, hoy Hotel Juaninos. Se enlosó la plaza, en su centro se colocó una fuente y lunetas a su alrededor, se plantaron fresnos y además se erigieron cuatro obeliscos, uno en cada esquina, con nombres de los héroes de la independencia.
En cuanto a la Plaza de Armas, se embelleció dándole parte de la forma que tiene hoy en día, con las divisiones en las que ahora son áreas jardinadas. La forma que ya tenían ambas plazas se puede admirar en el plano de 1869 de M. Bala:
En este fragmento del plano, con la letra A se ve la planta de la Catedral, con la letra I la Plaza de Armas y con la letra II la Plaza Ocampo. Más explicado en la siguiente imagen…
Para 1870 en ambas plazas (San Juan de Dios y la de los Mártires -llamada así desde el 27 de abril de 1861-) se colocó un nuevo alumbrado para permitir un mejor paso por las noches, además de que en la de los Mártires se colocaron bancas de fierro para que los paseantes pudiesen sentarse a descansar. El 12 de septiembre de ese año se inauguró el primero de los tres monumentos dedicados a Morelos en las áreas públicas de nuestra ciudad: se trataba de la escultura en cantera que se colocó sobre la columna de la fuente al centro de la plaza:
En 1872 el tianguis o mercado fue trasladado a la Plaza de la Constitución, es decir, en la explanada que quedó al ser destruido el muro atrial, el cementerio de San Francisco y la Capilla de la Tercera Orden. El llamado mercado de San Francisco permanecería allí hasta el año de 1968, en que se trasladó al actual Mercado Independencia, a ocho cuadras al sur de la Plaza, que desde entonces se llama Plaza Valladolid.
Entre 1871 y 1874 se construyeron las cuatro fuentes que están en las esquinas de la Plaza de los Mártires, al concluirse éstas se comenzó a plantear la necesidad de quitar la fuente y la columna, y en su lugar colocar un kiosko. En 1883 se colocó un kiosko, pero en la Plaza de San Juan de Dios, que ostentó brevemente el nombre de Jardín Galeana. El monumento y el cambio de nombre de dicha plaza, se originó en el decreto del 17 de junio de 1861, que en su artículo cuarto decía:
…El Ayuntamiento de la Capital mandará construir una estátua colosal de bronce, que represente al C. Melchor Ocampo, y que será colocada en la plazuela de S. Juan de Dios de esta Ciudad…
El monumento se erigió en el año de 1888, obra realizada por Primitivo Miranda, su pedestal estaba rodeado por cuatro esculturas, traídas de Alemania, elaboradas en mármol, y que representaban a la justicia, la filosofía, la historia y la industria:
La plaza en su conjunto era conocida como Plaza de la Paz, y su parte norte Jardín Melchor Ocampo. En la fotografía anexa se aprecian el kiosko, las jardineras y el monumento.
Un año antes, en 1887, la fisionomía de la Plaza de los Mártires también había cambiado, ya no estaba ni la fuente ni la columna con el monumento a Morelos en cantera, ahora estaba un monumento al Generalísimo a un costado del muro de Catedral, en su parte poniente:
A esta parte de la Plaza de los Mártires se le comenzó a llamar explanada Morelos, por el monumento a dicho héroe. Para esas mismas fechas ya se había inaugurado el kiosko en la parte central de la plaza, donde antes estuvo la fuente. En 1898 se sustituyeron las bancas de fierro por otras nuevas, realizadas en la Escuela Industrial Militar Porfirio Díaz, hoy en día el Centro Cultural Clavijero.
Los cambios más grandes en ambas plazas se dieron en el siglo XX: se les dotó de luz eléctrica (1906), se remozaron y se les hicieron mejoras a las áreas jardinadas, se retiró el monumento a Morelos (junio de 1913) y en 1962 se habilitó la Plaza Benito Juárez, con un monumento al Benemérito colocado al sur de donde estuvo el monumento a Morelos, al lado poniente de la Catedral.
En 1961 El Jardín Melchor Ocampo se transformó en Plaza, el kiosko se retiró y el monumento fue despojado de su pedestal y de las figuras en mármol. El kiosko está en algún punto de la geografía michoacana, mientras que las esculturas en mármol están en el Museo Regional Michoacano, en la planta alta.
Hacia los años 1970s ambas plazas perdieron las calles que estaban junto a los costados de Catedral, en el caso de la Plaza Melchor Ocampo, allí fue mucho tiempo un sitio de taxis y ahora es un paso peatonal que forma parte de la plaza, en el caso de la calle que estaba entre las plazas Benito Juárez y de los Mártires, y que era extensión de la calle Hidalgo (conocida como cerrada de San Agustín), ahora es parte del paso peatonal para llegar hasta el templo de San Agustín.
En 2008, durante la ceremonia cívica del grito de Independencia, se llevó a cabo el primer atentado terrorista de que se tiene memoria en la ciudad, un grupo de cobardes lanzaron contra la multitud unas granadas, que ocasionaron al menos siete muertos y más de 130 heridos. El principal daño sucedió justo en la Plaza Melchor Ocampo, cuya inmortal frase “Es hablando y no matándonos como habremos de entendernos” fue manchada con la sangre de inocentes.
Esta Plaza fue sujeta a una remodelación, quitaron muchos de sus elementos (como un enorme libro de bronce y la fuente al norte) y bajaron mucho la altura del pedestal del monumento a Ocampo, y lo más curioso de todo, es que pusieron una fuente a ras del piso que funcionaba con los pasos de los peatones, misma que comenzó a ser utilizada como una especie de chapoteadero hasta que se estropeó.
La Plaza Melchor Ocampo es utilizada por grupos que hacen marchas de protesta o llevan a cabo eventos donde se necesita la concentración de grandes grupos humanos, mientras que la Plaza de los Mártires es más bien usada como de asueto, por tener una gran área jardinada y no tener una explanada.
Fuentes:
COROMINA, Amador. Recopilación de leyes, decretos, reglamentos y circulares expedidas en el estado de Michoacán. Imprenta de I. Arango. Morelia, Mich. (México). Varios tomos.
Periódico Oficial del Gobierno de Michoacán de Ocampo, varios tomos.
PEREZ ACEVEDO, Martín. “Las plazas”. en Silvia Figueroa Zamudio (coord). Morelia patrimonio cultural de la humanidad. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Gobierno del Estado de Michoacán y Ayuntamiento de Morelia. Morelia, Mich. (México). 1995.
Placas informativas en las Plazas de los Mártires, Benito Juárez y Melchor Ocampo.
RIVERA CAMBAS, Manuel. México pintoresco, artístico y monumental: Capitales y lugares notables de los estados. Editorial del Valle de México. Distrito Federal. (México). 1974. Tomo III.
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Me parece un magnífico trabajo, digno del cuidado y esmero con los que su autor, el Historiador Ricardo Espejel, realiza y da forma a sus investigaciones. Esta obra, como lo cita su autor “Historia para la gente”, debía ser leída especialmente por “la gente moreliana” para, así, conocer más a nuestra ciudad y, por ende, amarla y cuidarla más.
Muchas gracias por su comentario Ingeniero. Saludos! 🙂
REC