1.- Orígenes del acueducto.
Con la toma de posesión del valle de Guayangareo, se hizo la repartición de terrenos para plaza, catedral, hospital, cabildo y vecinos, y posteriormente al asentamiento de los primeros habitantes de la zona hubo que resolver el problema del agua. En un principio, era un canal a cielo abierto que aprovechaba las fuentes de agua cercanas al valle, llamado caño y camino de agua de la ciudad, indistintamente. De acuerdo al croquis de la ciudad de 1579, el agua se abastecía de algún punto del río Chico.
En 1589 se comenzó a cobrar un impuesto sobre la sisa del vino para la construcción de un acueducto nuevo, para 1598 el mestizo Cosme Toribio fue contratado por el cabildo de Valladolid para construir una cañería de cal y cantera que desembocase en la plaza principal de la ciudad, en cuyo sitio habría una pila para que la gente se surtiera de agua. En algunos de sus puntos el primitivo acueducto se servía de canales de madera. A lo largo del siglo XVII este sistema tuvo varias reparaciones y obras de mantenimiento.
2.- El siglo XVII.
De acuerdo a los libros del cabildo, el acueducto construido a finales del siglo XVI hubo de ser reparado en varias ocasiones, tales como en los años de 1615, 1643, 1657 y 1667. Para 1677 se dificultó tanto el abasto de agua que el mismo Virrey dotó de 1,000 pesos oro a la ciudad para que se ayudase.
Los regidores vallisoletanos encomendaron al alarife Pedro Nolasco se hiciera cargo de una más de las construcciones al caño de agua. Esta nueva reparación alivió el problema del aprovisionamiento de agua a la ciudad, según consta por un testimonio de junio de 1678 del escribano Sebastián de Aragón, quien certificó el buen estado de la acequia y caño de agua, así como el suficiente abasto del vital liquido.
La forma como se había abordado el suministro de agua a la ciudad aún no era el definitivo, sino que, como el resto de las construcciones en el corazón mismo de la población, habría de sufrir una transformación radical en el siglo XVIII.
3.- El siglo XVIII.
Manuel Escalante Colombres y Mendoza, obispo de Michoacán a principios de siglo, dispuso en 1705 que se hiciera una arquería de cantera para sustituir el sistema de cañerías heredado de tiempos de la fundación de la ciudad. El antiguo sistema era visto por el prelado como el origen del intermitente servicio de agua y también de las enfermedades gastrointestinales que asolaban a los habitantes de Valladolid. La monumental obra de arcos se terminó entre los años 1728 y 1730, y esto dio paso a la construcción de su correspondiente cañería subterránea, que dentro del perímetro de la ciudad debía conducir el nuevo caudal de aguas. El Ayuntamiento convino el 29 de marzo de 1731 con el Alarife Nicolás Quijano, para que éste se encargara de la construcción de las alcantarillas y caños necesarios para la distribución conveniente del agua al vecindario y conventos de la ciudad.
El 17 de mayo de 1784, en sesión de cabildo, se informó por parte del regidor y alcalde provincial que un día antes se le había avisado del derrumbe de 30 varas de atarjea y 22 arcos, motivo por el cual no había suministro de agua en la ciudad. Más de un año después, el día 21 de octubre de 1785, se dio como alta prioridad la obra de reconstrucción del acueducto de la ciudad, en la que se levantaron de nueva cuenta al menos 53 arcos y se hizo un nuevo cauce para el agua, además de agregar 4 cajas de agua, de las cuales subsisten 2.
La obra benéfica del Obispo
El Obispo Fray Antonio de San Miguel Iglesias, para mejor desarrollo de la obra, compró de la Hacienda del Rincón los terrenos donde nacían los manantiales de Carindapaz, El Moral, San Miguel y otros. Se empleó mano de obra indígena principalmente, por ser de este origen un grupo numeroso de personas en necesidad que por la sequía habían migrado a la ciudad. Entre los años de 1785 y 1789 se llevó a cabo la obra, que salvó de sed a Valladolid y del hambre a innumerables indígenas.
4.- El siglo XIX.
A lo largo del este siglo el acueducto siguió prestando sus servicios a la ciudad de Valladolid, a partir de 1828 llamada Morelia, y también sufrió de algunos cambios y reparaciones.
Por ejemplo, En 1883 se hicieron algunas obras en el sistema hidráulico, entre ellas destaca el aumento a la altura de la atarjea. En las tomas de agua que hay en la arquería se pusieron remates en forma de almenas y compuertas. Se limpiaron y revocaron dos esclusas. La atarjea se cubrió para asegurar la pureza del agua y de tramo en tramo se colocaron ventanillas para facilitar su limpieza. En 1886 se destruyeron 50 varas de atarjea, y se destinaron 522 pesos para reparar tal falla, que impedía el flujo normal del agua.
¡Los arcos perdidos!
Muy notablemente, entre 1896 y 1897 se derribaron los arcos, entre 12 y 20, que iban del actual entronque de las avenidas Acueducto y Tata Vasco al convento de San Diego, hacia el norte. De este ramal aún subsiste un pedazo de arco, que se puede observar a ambos lados del acueducto, especialmente desde la avenida Tata Vasco mirando a la cara norte del acueducto. Las piedras de estos arcos se usaron para construir unos lavaderos públicos, según se consignó en el periódico porfirista La Libertad.
Como parte de la corriente higienista que durante todo el siglo XIX impregnó a los gobiernos positivistas, como el de Porfirio Díaz, se buscaba una manera de garantizar el abasto de agua a la ciudad por medios más saludables, y fue a principios del siglo XX que comenzaron a crearse proyectos para sustituir el clásico acueducto por otro sistema.
5.- El siglo XX.
El ingeniero norteamericano John Lee Stark, que en 1903 había propuesto un sistema de filtros para sanear el agua, cuyo sistema se inauguró en 1906 con pésimos resultados, dio grandes problemas a la administración del gobernador porfirista Aristeo Mercado, y aún los medios de comunicación oficiales deploraron el errático funcionamiento de la carísima planta de tratamiento de agua.
Como solución, el 30 de junio de 1909 se contrató la ejecución de varias obras con la Compañía Bancaria de Fomento y Bienes de México S.A., entre dichas obras figuraba la distribución de agua potable. El estudio técnico corrió a cargo del Ing. Enrique Guzmán, y en su dictamen se llegó a la conclusión de que el acueducto no era ya útil para el abasto de agua, pues no tenía capacidad para transportar los 367 litros por segundo que era el consumo máximo considerado. En su reemplazo, se utilizaron tuberías de fierro desde la planta potabilizadora hasta el bosque de San Pedro, hoy Cuautémoc.
El año de 1910, se estrenó la flamante nueva obra, que hoy en día se conoce como de los Filtros Viejos, y el ya bicentenario acueducto de cantera pasó de ser una obra de bien público, a convertirse en el monumento más grande (por su extensión: más de 1600 metros) que posee esta ciudad. De las 30 fuentes que llegó a alimentar en su momento de máximo esplendor, en los siglos XVIII y XIX, quedan algunas, también como ornatos del jardín de la Nueva España.
Fuentes de información:
Juárez Nieto, Carlos. Morelia y su acueducto. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y FONAPAS Michoacán. Distrito Federal (México). 1982.
Juárez Nieto, Carlos. “El Acueducto de Morelia”. en Silvia Figueroa Zamudio (coord). Morelia patrimonio cultural de la humanidad. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Gobierno del Estado.
Ramírez Romero, Esperanza y Fernándo Ojeda Torres. “El sistema hidráulico de Valladolid hoy Morelia”. en Retos y desarrollo tecnológico en la hidráulica. Asociación Mexicana de Hidráulica. Morelia, Mich. (México). 1988.
Romero Flores, Jesús. Historia de la ciudad de Morelia. Ediciones Morelos. Distrito Federal (México). 1952.
Torre, Juan de la. Bosquejo histórico y estadístico de la ciudad de Morelia. 2a ed. (s.e). Morelia, Mich. (México). 1971.
Torres, Mariano de Jesús. Diccionario histórico, biográfico, geográfico, estadístico, zoológico, botánico y mineralógico de Michoacán. Edición del autor. Morelia, Mich. (México). 1915.
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Me encanta ver antiguas fotografias de Morelia los felicito por la informacion..
Gracias por su comentario, saludos! 🙂
Gracias por publicar parte de la fundacion de Morelia. Bonita Morelia y su Gente
Gracias por publicar parte de la fundacion de Morelia.
Existe un viejo acueducto en desuso, muy bien conservado, al sur de morelia que colinda con casa de gobierno, al final de la colonia valle quieto, por abajo de el pasa un pequeño rio (ahora drenaje) de unos 60 metros y algunos 6 u 8 arcos. Una de sus canteras tiene una fecha remota (1849?) que sabes de el?
Muy buenos días Juan Villalón, era parte de las obras para abastecer de agua a la Hacienda de La Huerta. Quedan algunos arcos en pie pero el resto de la infraestructura ha caído en el desuso.
Saludos!
REC
Muchas gracias por la información, gracias a esto las nuevas generaciones podemos darnos una idea de como era antes Morelia. Muy bonito mi Morelia.
#VenciendoLaIgnorancia
Dr. Gualterio Ortiz López
Muy Valiosa información y recompilación. Mil Gracias
Sin duda, todo trabajo histórico que nos ilustre sobre lo que fue y como fue ( Valladolid) Morelia en sus orígenes, nos hace, además de saber mas, quererla mas.
Muchas Gracias.
Muy interesante e ilustrativa informacion de como ha cambiado la ciudad de Morelia. Gracias por compartir 👍
Excelente. Cátedra