El accidente que inventó un platillo de navidad

La insólita historia del origen de una tradición y de una fortuna en la península Ibérica.

En México se acostumbra por muchas familias, cenar cada celebración de navidad alguno de los platillos que ya son típicos de dicha fecha, tales como el pavo, los romeritos con diversas salsas (entre ellas el mole), e incluso algún platillo más de otra época, ya sean riquísimos tamales o exquisito pozole.

Uno de dichos platillos es el Bacalao a la Vizcaína, cuyo nombre evoca la madre patria y los mares del norte de Europa. Una nota curiosa de este delicioso manjar es el accidentado origen por el cual se creó la receta original para que lo pudiéramos degustar a lo ancho del planeta.

José María Guturbay
José María Guturbay

Entró a la historia el nombre de Don Simón Guturbay Zubero, que avecindado en Bilbao, probó suerte en el negocio de la curtidería, pero no logró hacerse de dinero. Hacia 1824 en España se decretó que el ingreso de Bacalao debía de ser por vías controladas por el estado, y esta medida provocó que muchos tratasen de burlar el cerco fiscal, haciendo pedidos pequeños, y por lo tanto muy difíciles de detectar, para abastecer a su clientela de Bacalao.

Simón Guturbay probó suerte con esta clase de venta de pez, y en 1835, por medio de un telegrama de tierra u óptico, solicitaba que le enviasen 100, ó 120 bacaladas a su domicilio habitual. Desgraciadamente para él (en un principio), la cantidad fue leída como 1000120, es decir, 1,000,120 un millón ciento veinte bacaladas. No tuvo más remedio que aceptar el pedido cuando éste arribó, y trató de colocarlo en Galicia o en Asturias, e incluso la desesperación lo llevó a contemplar el suicidio para evitar a su familia la caída en desgracia ante tal situación.

Pero hete aquí que en 1836 comenzó la guerra carlista, y la ciudad de Bilbao fue sitiada, ocasionando una escasez terrible de víveres en la ciudad. Excepto en una casa, que contaba con más de un millón de filetes de bacalao salado… Que vino a resultar en la salvación de la ciudad, y en el nacimiento de una serie de recetas para preparar el bacalao con el sazón de la cocina local.

El protagonista de nuestra historia se hizo rico en el transcurso del sitio de Bilbao, que tuvo lugar del 23 de octubre al 25 de diciembre de 1836, iniciando con este inesperado giro del destino una de las más grandes fortunas de España, y por las fechas en que sucedió el sitio, es que algunas de las recetas empleadas para preparar el bacalao se vieron ligadas con la navidad, máxime que muchos prepararon su pez a la vizcaína justamente el día que terminó el sitio.

Bacalao a la vizcaína
Bacalao a la vizcaína

Para don Simón Guturbay  la fortuna cambió para siempre: una de sus descendientes se emparentó con la nobleza española, y su hijo José María (cuya fotografía ilustra este artículo) llevó a cabo varias obras pías, como donativos cuantiosos a los Hospitales de Basurto e Igorre. También fundó el banco de Bilbao, entre otros negocios fructíferos. Y todo comenzó gracias a la falta de coordinación en los telégrafos de señales terrestres, anteriores a los eléctricos!

Fuentes:

http://www.bilbaocomohascambiao.com/don-jose-maria-gurtubay-y-el-bacalao/

http://historiasdelagastronomia.blogspot.mx/2006/05/el-bacalao-y-la-fortuna-de-los.html

http://www.abc.es/20111013/medios-redes/abci-bacalao-201110131147.html

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