La historia del Templo de San Juan de Dios, desaparecido a mediados del siglo XIX
Una de las ordenes regulares que ayudaron al desarrollo de Valladolid, hoy Morelia, fue la de San Juan de Dios, cuyos primeros miembros arribaron a la Nueva España en el año de 1604. Para el año de 1733 ya contaba con 33 conventos que a su vez funcionaban como hospital, distribuidos en toda la Nueva España, uno de ellos era el de Valladolid de Michoacán, que se encontraba en la esquina mirando al nor-poniente de su manzana, actualmente la esquina de las Avenidas Morelos Sur con Francisco I. Madero Oriente.
En 1695, por decreto del rey, se autorizó el traslado del Hospital a la casa episcopal, edificio que acababa de ser remozado por el Obispo Juan de Ortega y Montañez, quien lo cedió a la orden de San Juan de Dios, para que se estableciera en su mansión el Hospital Real, que desde entonces comenzó a ser conocido como Hospital de San Juan de Dios. En 1820 la orden de los Juaninos fue disuelta por orden del rey, y desde entonces hasta 1858 el Hospital estuvo bajo la tutela del Cabildo Eclesiástico de la ciudad.
El primero de mayo de 1830, en lo que actualmente es el Hotel Juaninos, se dio la primera cátedra de medicina científica en el estado, por el Dr. Juan Manuel González Urueña, en la fachada del edificio hay una placa conmemorativa de este hecho.
El 24 de noviembre de 1858, el gobernador del estado, Epitacio Huerta, secularizó el establecimiento, y ordenó que fuera trasladado al ex convento de Dieguinos, hoy Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Michoacana, conocida como Facultad de Leyes. A partir de 1858 el edificio del exconvento pasó a manos de varios particulares, y allí se ubicó desde finales del siglo XIX el famoso Hotel Oseguera, antecedente del actual Hotel Juaninos.
Respecto al templo, sabemos lo siguiente:
Los templos y conventos de religiosos son: San Francisco, San Agustín, el Carmen, la Merced, San Diego y San Juan de Dios.
El Museo Mexicano, o Miscelánea pintoresca de amenidades e instructivas. Tomo Primero. Imprenta de Ignacio Cumplido. México, 1843. Pp. 54-57.
Del Bosquejo Histórico y Estadístico de la Ciudad de Morelia, del Lic. Juan de la Torre, publicado en 1883, extraemos lo siguiente:
San Juan de Dios.
Fundación del convento.—Este edificio fué antes Palacio del obispo Ortega Montafiez.—Motivo por que se convirtió en hospital.—Trasformaciones que ha sufrido.
El convento de San Juan de Dios se fundó á fines del siglo XVI. El edificio conocido con este nombre, fué en otro tiempo palacio del obispo D. Juan Ortega Montañez. Parece que el lujo con que estaba montado, cuadraba poco con la humildad y pobreza predicadas por los ministros de Jesucristo, y esto dio lugar á censuras y murmuraciones. Apercibido el Sr. Montañez de esas críticas, para acallarlas y dar á la vez una prueba de su poco apego á los intereses mundanos, cedió su palacio para la fundacion en él de un hospital. Con tal motivo, los religiosos de San Juan de Dios se trasladaron á este local el año de 1700. Conforme á la voluntad del donante, se estableció allí un hospital servido por los juaninos; se sostenían en él hasta cien enfermos
de ambos sexos, con el fondo de diezmos. Extinguida la Orden, el cabildo eclesiástico nombraba un administrador que dirigia la parte económica del hospital: después se quitó toda ingerencia al clero, quedando el establecimiento bajo la inspección del gobierno civil. Nos abstenemos de más detalles acerca de este hospital, porque nos reservamos hablar de él, cuando en la sección respectiva tratemos de los establecimientos de beneficencia. El edificio que fue convento de San Juan de Dios, pasó á ser de propiedad particular en virtud de las leyes de Reforma. Su dueño el Sr. Backausen, estableció en él una fundición de hierro y un molino de vapor que se incendió hace pocos años. Actualmente se está trasformando en un hotel, que según sabemos llevará el nombre de “Ocampo”, y se abrirá al público al inaugurarse el ferrocarril.
Si bien no se aclara si el templo sigue existiendo, en el mapa anexo a la obra se representa como un rectángulo con líneas discontinuas, en la tabla de referencias lo lista como el templo número seis y con la nota “(extinguido)” al margen. En el texto citado anteriormente se menciona del incendio que sucedió en la fundición de hierro y en el molino de vapor, pero es necesario aclarar que éstas estructuras se construyeron donde antes estaba el templo, es decir, de frente a la Calle Real, donde ahora se encuentra la fachada de la tienda Woolworth.
El Lic. Mariano de Jesús Torres dejó escrito en su obra de 1894 La Lira Michoacana – Periódico quincenal de literatura y amenidades, tomo I, página 77:
El templo de San Juan de Dios fué completamente destruido: la localidad se les adjudicó á los señores Bakaussen, extranjeros alemanes, quienes establecieron allí una fundición de hierro y un molino que se incendió, permaneciendo sin edificarse el lugar en que estaba; los mismos señores Bakaussen se adjudicaron el edificio de en frente, llamado el Diezmo, donde formaron un hotel denominado Michoacán; despues, en el referido sitio en que estaba el templo de S. Juan de Dios, formaron otro hotel.
El convento donde estaba el Hospital fué adjudicado al señor Octaviano Ortiz, quien lo convirtió en bodegas de su establecimiento mercantil que tuvo durante muchos años enla esquina occidental del edificio: pasado algún tiempo se estableció allí por el señor Joaquín Oseguera un magnífico hotel que lleva su nombre y es el más suntuoso de la ciudad.
De acuerdo al segundo autor consultado, el templo fue convertido en una fundición y un molino que fueron destruidos por un incendio, y luego en su sitio se construyó un hotel. Del templo original no quedó nada, más que su recuerdo en obras escritas, litografías y pinturas, pues hasta donde se sabe, no existen fotografías ni de su fachada ni de su interior. Nótese esta frase del párrafo anterior: “permaneciendo sin edificarse el lugar en que estaba“.
Actualización del 10 de abril de 2023:
En la misma publicación citada anteriormente, La Lira Michoacana, existe un artículo donde se reseñan las calles de la ciudad y los edificios, comercios o vecinos notables de la misma (se titula MORELIA. Su historia. Cuartel 4°. Calles que corren de Poniente a Oriente). En las páginas 504 y 547 encontramos una descripción del templo:
En seguida del hospital y comunicándose con este, se encontraba en la referida calle Nacional en la acera que estamos describiendo, el templo de S. Juan de Dios.
Torres, Mariano de Jesús. La Lira Michoacana, Tomo I, Imprenta Particular del Autor, Morelia, 1894. Pp. 504, 547.
Tenía dos grandes puertas en su fachada que veía al Norte y una torre de dos cuerpos.
El templo se componía de una sola nave, el altar mayor estaba en la cabecera que veía al Poniente; había altares a uno y otro lado donde se veían las imágenes de S. Juan de Dios y S. Rafael que ahora se encuentran en Capuchinas.
En el interior del edificio estaba la Sacristía y un pequeño patio donde se veía el descanso, allí se depositaban los cadáveres de los que morían en el hospital.
En tiempo de la Reforma denunciaron ese templo los sres. Bakausen, extranjeros alemanes, a quienes se les adjudicó y el cual convirtieron en caballerizas, y cocheras, y lo demás del edificio en talleres de herrería. Después lo hicieron hotel, especie de sucursal del que con el nombre de “Michoacán” tenían establecido en el Diezmo que también se adjudicaron.
El templo de San Juan de Dios en la cartografía e imágenes de Valladolid-Morelia.
A partir de este plano de 1868, el templo ya no aparece en productos cartográficos, excepto en el de 1883, pero se le señala como ya no existente.
A lo largo del siglo XX el predio tuvo varios usos, pero hacia 1970 se convirtió en una sucursal de la tienda Woolworth, uso que tiene hasta el día de hoy. Curiosamente, una capilla interna de San Juan de Dios aún existe, pero también se integró a la tienda Woolworth, durante cerca de 20 años fue el restaurante y actualmente funge como entrada lateral y exhibidores comerciales de la misma negociación.
FUENTES:
Benítez, José R; Morelia, Monografías Mexicanas de Arte, México, 1936.
COROMINA, Amador. Recopilación de leyes, decretos, reglamentos y circulares expedidas en el estado de Michoacán. Edición de I. Arango. Morelia, Mich. (México). 1887. Tomos XV, XIX.
El Museo Mexicano, o Miscelánea pintoresca de amenidades e instructivas. Tomo Primero. Imprenta de Ignacio Cumplido. México, 1843.
RUBIO Mañé, J. Ignacio. El Virreinato IV Obras públicas y educación universitaria. México, 1983, Fondo de Cultura Económica.
Torre, Juan de la. Bosquejo Histórico y Estadístico de Morelia, México, 1883.
TORRES, Mariano de Jesús. La Lira Michoacana – Periódico quincenal de literatura y amenidades, Imprenta particular del autor, Morelia, 1894, tomo I.
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Muy buena investigación y que bueno que se publique, yo ya conocía mucho de este edificio porque en la Maestría de Restauración de Sitios y Monumentos en la Universidad de Guanajuato me tocó hacer toda la investigación del hospital de San Juan de Dios y recuerdo que en el Archivo de la casa de Morelos leí que tenían su propio panteón y también que había mujeres que iban de voluntarias como enfermeras o también que llegaban a pagar en especie como con huevos de gallina, leche, vigas o cera de abeja para las Restauraciones etc..